Pepe Beas
(Córdoba, Argentina, 1955) siempre se ha movido en los límites del videoarte cuestionando las retóricas narrativas de la expresión audiovisual convencional. Sus preocupaciones se centran en el tratamiento de la imagen videográfica como un soporte en sí mismo, acercándose a los ámbitos de la video instalación, la video escultura y la pintura en movimiento y, por consiguiente, alejándose del cine, la televisión y las formas de video narrativas que operan a partir de una estructuración del espacio pensada para una relación unívoca con el espectador.

Pepe Beas no es un narrador. Más bien podríamos definirlo como un creador de objetos heterogéneos con imágenes en movimiento que, exentas de narración, funcionan como un continuo en el que su cinética, lejos de trazar una temporalidad, tiene por única función la contemplativa, del mismo modo que contemplamos otros movimientos de cadencia repetitiva como las olas del mar o el discurrir del tráfico por una autopista.

Su obra, por tanto, utiliza el recurso del movimiento para trazar un tempo que tiene mucho que ver con el tempo de contemplación de obras realizadas en soportes estáticos, como la pintura, la escultura o la fotografía. Pero, si en estos soportes la medida de ese tempo de contemplación es un poder hegemónico del espectador, Pepe Beas rompe esa hegemonía y es la propia obra (y el autor) quien impone esa pauta. Podemos concluir, por tanto, que su interés por el elemento temporal es, en última instancia, la imposición de un ritmo y esa es una de las razones por la que el artista (fotógrafo de formación) elige el video (la fotografía en movimiento) para desarrollar su trabajo.

Échale un vistazo a las diferentes exposiciones en el enlace:

https://espainivi.com/2019/10/07/exposicion-jose-beas/