










FIJEZA
Agria mirada sobre un muro tapizado de cal hornacina de tiempo, suspensión de color en los alfileres de la sombra libros miniados en las paredes maestras del vacío atraen un hilo de destello que une la salmodia con un estrecho coro de iluminaciones.
Es luz encadenada en los desfiladeros la que hallo sin mediar palabra que argumente yacimientos sin orquestar metal o cuerda que una nota vibre la que perdida en esta oquedad mi voz cantara y con el tacto como un ciego esta leyendo muy junto al pecho allí donde el tizón se aviva.Es de luz la orfebrería disipada como un polen por estas callejuelas que la dicha inflama aún con los sombríos tonos de las vísperas danzantes umbral de espera entretenida por un llanto, de un firmamento que deslumbra sin medida a quién cava galerías en los acantilados.
Sin espanto del abismo ni mal de altura, en tierra permaneces insomne barajando signos alunados.Son dinamitados en partitura de cerámica que como frontispicio vuela ahora de tu cráneo tromba de metal de lo hallado auspiciadora que quiebras las murallas que rodean el claustro.
Tan solo pido la tregua de un instante fijo sin alas, anclado en un pedral de fondo sin sextante ni espejo movido en círculos concéntricos alejado del hielo azul de la desidia deambulando por las grutas en busca de una luz herida con la fijeza inefable de hacer camino a la deriva.
Ramón Roig (Castellón)