Ite missa est: Pepe Beas: EspaiNivi..

Desde Espai Nivi Collblanc nos complace presentar este
segundo número dedicado al proyecto de Pepe Beas titulado
Ite missa est, dentro de línea editorial titulada Artis Creatura
con el afán de contribuir al conocimiento, la investigación y la
divulgación de las artes. Pues mediante estas líneas queremos
mostrar diferentes visiones y aportaciones de diferentes
profesionales del campo de las humanidades acerca de los
artistas presentes en esta galería. Un proyecto editorial
dirigido por Irene Ballester Buigues desde el campo de la
Historia del arte y Alejandro Mañas García desde las Bellas
Artes.
En este caso, el segundo volumen de la serie recoge
diferentes visiones de diferentes profesionales sobre la
producción artística Ite missa est de Pepe Beas en la que
participa Silvia Tena Beltrán, Doctora en Historia del Arte,
investigadora, crítica de Arte, comisaria independiente y
Responsable del Dpto. de Gestión de Colecciones del Museo
Nacional de Arte de Catalunya. Dentro de su investigación
nos abre una mirada a la historia del concepto recogido por
Pepe Beas para su creación.
Alejandro Mañas García, Doctor en Bellas Artes,
investigador y profesor de la Universitat Politècnica de
València, nos ofrece una interesante visión con aquellos
recuerdos retraídos por el visionado de la obra del artista,
visiones, conexiones, miradas…Y por último la profesora de la Universidad de Zaragoza y
Doctora en Bellas Artes Leticia Fayos Bosch, analicia la serie
fotográfica y nos introduce en la comparativa de la obra de
Beas junto a la de Isabel Muñoz.

ITE MISSA EST.

Gestualidad y liturgia en la obra de Pepe Beas

Rethorica ad Herennium, un tratado anónimo del año 90 antes de Cristo, en su día erróneamente atribuido a Cicerón, y escrito con la intención de recoger una codificación teórica de los gestos utilizados por oradores del momento, constituye hoy por hoy uno de los testimonios más antiguos y valiosos que nos ayudan a entender la íntima y esencial ligación que siempre ha existido en el mundo occidental entre lenguaje y gestualidad icónica, una constante que se perfila predominante en la producción artística de Pepe Beas (Córdoba, Argentina, 1955), especialmente en ITE MISSA EST, la más reciente de sus series instalativas.

Ya en la oratoria del mundo clásico el componente gestual estaba llamado a desempeñar un papel fundamental desde el mismo momento en el que quedó vinculado al mensaje. Baste recordar que el propio Cicerón concebía y definía la acción retórica como un acto que, indefectiblemente, se componía de vultus (fisonomía), sonus (voz) y gestus (gesto). La voluminosa y exhaustiva Institutio oratoria de Quintiliano ya recogía, hacia el año 90 después de Cristo, el concepto de gesto como medio universal con entidad comunicativa, un aspecto que ya había señalado Luciano de Samósata en su obra De pantomima. A pesar de la indiscutible autoridad de San Agustín, para quien el gesto constituía un rasgo altamente peyorativo inherente al predicante u orador que hiciese gala de él, la aportación de Quintiliano tendría un gran predicamento en la Edad Media a partir del siglo XI, tanto es así que hasta bien entrado el siglo XII no existirá otra teoría elaborada sobre la gestualidad, si tenemos en cuenta que los tratados sobre el paralelismo del gestoen actores y oradores escritos por Nigidio Fígulo y Plocio no han llegado hasta nosotros.

Silvia Tena

Investigadora, crítica de Arte y comisaria independiente.

Responsable del Dpto. de Gestión de Colecciones

del Museo Nacional de Arte de Catalunya

ITE MISSA EST. ¿Adiós o bienvenida?  Reflexiones sobre la obra de Pepe Beas.

“He aquí tal ves cómo el artista del siglo XX llega a donarnos obras que “nos miran”, más allá de toda relación objetiva, más allá de todo lo que “nos vemos” en ellas: una doble distancia se instaura, en la cual nuestra proximidad al trabajo formal, al subjectile y a la materia deja de llegar esta ubsouracuib aurática que no nos impone nada pero nos pone frente a la simple elección de mirar o no…”
Al igual que la frase introductoria del texto, en esta exposición el artista nos plantea una doble distancia, para ello emplea el término que da título a la misma, ITE MISSA EST que era utilizado para realizar la despedida del acto litúrgico, marcaba el fin del acto, proponía un límite, acotaba una práctica, pero a la vez significa una vuelta a los quehaceres y la vida mundana, es decir, representaba la división entre la celebración de la misa y el resto de la existencia, la practica misma de la liturgia implica un sinfín de pequeños actos y entreactos, de momentos y consagraciones, todo un rito religioso realizado y repetido a diario a lo largo y ancho del mundo. Del mismo modo el arte propone en muchos sentidos esos límites, esa diferencia entre el vértigo y la velocidad de la vida y el opuesto en el que registra, fija y analiza esa realidad, esa tan cotidiana y universal como particular y excepcional.
Es por eso que en la obra de Beas observamos una propuesta, una doble pregunta a la búsqueda del ser humano, un continuo cuestionamiento, pero a la vez una firmeza única, la de la existencia. En ese sentido la obra de Beas, nos inspira realidad, verdad, movimiento y exceso, una obra marcada por esa dualidad, cielo-tierra, bien-mal, verdad-mentira… es decir nos adentra en la duda para hacernos replantear la realidad. Las imágenes y representaciones en sus obras están llenas de gestualidad, de un proceso y pensamiento hasta llegar al producto final, a esa creación que nos arranca un pensamiento y que nos traslada a su universo particular.

Leticia Fayos Bosch.

Profesora Departamento de Dibujo,

Universidad de Zaragoza e investigadora.

Una experiencia personal de
un viaje a través de la obra
de Pepe Beas: Ite missa est
.

«Ninguna obra de arte se manifiesta a primera vista en toda
su grandeza y profundidad. No sólo quieren ser admiradas,
sino también contempladas»1
.
Son muchas las ideas que asaltan mi mente, fruto del
visionado de la obra de Pepe Beas, y por tanto las conexiones
con los recuerdos de mi pasado. Me conmueve la intriga
que produce las obras realizadas, las que me retraen hacia
emociones cargadas de misterio, y que apetecen desvelar
como cuando el policía científico tiene que descifrar un
crimen. Del que solo posee las mínimas pistas, imágenes y
luces rojas en una noche oscura. Manos que abrazan pieles
que envuelven cuerpos que expresan tensiones de pasión,

¿pero llenas de éxtasis o de dolor?
Todo el conjunto de obras me lleva a los restos de una
fiesta del exceso del periodo del barroco, donde los juegos
y simulacros van encaminados y seducidos hacia un poder,
donde la teatralidad está al servicio y artificio d< sueños,
y las visiones que nos recuerda que el mundo es solo un
teatro, toda una conciencia del hombre barroco. Que muy
bien definida queda por F. Javier Panera comentándonos que
aquella época afloraba:

Alejandro Mañas García

Profesor e investigador del Departament d’Escultura

Universitat Politècnica de València

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